lunes, 19 de mayo de 2008

Tomar una decisión

No siempre es fácil decidir, y menos cuando la decisión tiene una magnitud considerable, pero aún se hace más difícil tener que afrentar este desafío cuando no estamos pasando el mejor de nuestros momentos, cuando anímicamente no estamos bien, o cuando la inseguridad se apodera de nosotros, esto hace mucho más difícil aún la gran tarea de decidir bien ante una situación dificil.

¿Quién no se ha encontrado acorralado en esta vida con la obligación de tener que decidir algo, pero no saber que?, y así sentirse paralizado por el temor al fracaso rotundo. Me quisiera enfocar entonces, en cambios que necesitamos o situaciones que se nos presentaron, y para lo cual se convierte en indispensable una decisión acertada.

Definitivamente creo que como seres humanos, somos libres para decidir a nuestro gusto, y que en esa libertad con la que fuimos establecidos, creamos nuestro futuro desde nuestro presente, ¿a que me quiero referir? te preguntarás, a que muchas situaciones que hoy vivimos tienen que ver nuestras decisiones del pasado, y nos están influyendo no por mera casualidad, sino que son la causalidad intencional de nuestras acciones del ayer.

Quiero decir entonces que, nuestro futuro se construye con las decisiones que tomamos hoy, osea que nuestro mañana es totalmente afectado por nuestro presente, en este sentido, lo que decida hoy me afectará mañana, y cuando las decisiones son de calidad “muy importante”, la repercusión puede ser muy positiva, o todo lo contrario, muy negativa.
Aunque también entiendo al ser humano como alguien totalmente falible, y con permiso para equivocarse, lo cual en muchos casos es muy constructivo, es más que lógico que todos nuestros esfuerzos estén centrados en decidir, en el momento que corresponda la acción.Estoy persuadida, que hasta las personas que aparentan una seguridad extrema exteriormente, se ven afectados por crisis, que lo acorralan con el dilema de tener que decidir, pero no saber que hacer.

Siempre tomamos las decisiones que creemos mas justas, pero algunas veces no son las más adecuadas y otras veces influyen las personas de nuestro alrededor para que actuemos, no de la forma que nosotros pensamos, sino de la que ellos quieren que hagamos o creen que es la correcta. De lo que estoy segura es de que cuando actuamos y dejamos que nuestro corazón nos dicte puede que no sea lo mejor para nosotros ya que el corazón nos puede traicionar y pienso fielmente que es mejor usar la razón y meditar bastante lo que vayamos a decidir. Al menos, errar es humano y reconocerlo de sabios, no hay nada que no se solucione excepto la muerte.

"No todo resbalón significa una caída"
George Herbert (1593-1633), poeta inglés.

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